MÁS PIRATA QUE NUNCA
Llegaba ayer la Sociedad General de Autores con su informe anual bajo el brazo y, sorprendentemente, lo hacía sin el habitual baño de lágrimas. La culpa del disgusto permanente es, como no, la piratería, fenómeno que consiste pura y simplemente en vender mercancía robada. Pero en este negocio todo el mundo tiene su ración de responsabilidad. Hace quince años, la industria musical impuso la defunción del vinilo y la instauración del reino del CD por motivos económicos y bajo coartadas artísticas, tales como el sonido mejora o el compact no se raya, ambas falsas, por supuesto. Ese mismo camino lo recorrieron antes sistemas de vídeo 2000, Beta y más tarde, VHS, al grito de ¡viva el DVD! Bueno, son las leyes del mercado, nos dijimos, mientras recomprábamos buena parte de nuestra discografía en el nuevo formato. Pero todo tiene su vuelta y lo cierto es que nadie paga 30 si lo puede conseguir a cinco y nadie abona cinco si puede adquirirlo gratis. Y se da la casualidad de que el CD a diferencia del disco de vinilo- no ofrece nada que no se pueda sacar de una buena tostadora y una máquina de fotocopias. De la tienda de discos al top manta y de la acera a internet. Vaya por Dios, ésas también son las leyes del mercado. Por lo demás, el perfil tipo del cómplice de la piratería corresponde también al del mejor a amigo de la SGAE, ese consumidor de baja intensidad, poco exigente con la calidad del soporte y de naturaleza pelín infiel en cuanto a gustos musicales. Pues nada, larga vida a la red.Alberto Moyano. Publicado en El Diario Vasco el Miércoles, 20 de Abril de 2005.
Algunos datos sobre la SAGE...
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Carlos -